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ANIVERSARIO 228 DE LINARES: La Cruz de Mayo, fiesta religiosa en el sector de El Peñasco

 En el  sector del Peñasco, se realizo una actividad tradicional, inserta en el Aniversario numero 228 de la ciudad de Linares.
 Es una  hermosa tradición religiosa, procesiones, baile, canto y comida, que dan vida a la «Cruz de Mayo» en la cancha Club Deportivo El Peñasco. La actividad se realizo el sábado 07 de mayo desde las 13:00 hrs.


Historia de la celebración de la Cruz de Mayo

El origen de la Cruz de Mayo se remonta a la conquista española. Como los misioneros desconocían la lengua de los nativos, carecían de imágenes y no tenían suficientes predicadores, hicieron uso de la cruz y elementos locales para difundir el mensaje cristiano.

La cruz era de fácil construcción y se ubicaba en un sitio visible para la comunidad a evangelizar: cerros, intersecciones de caminos u otros espacios concurridos. Allí se administraban los oficios religiosos.

Cuando el sacerdote no estaba, un fiel, llamado fiscal, era el encargado de cuidar la imagen, realizar los sacramentos y rezar a sus pies los días festivos.

Los misioneros fundaron hermandades encargadas de mantener el culto a la cruz y de homenajearla durante mayo. Los fiscales debían dirigir la procesión en busca de flores, limosnas y convocar a la gente para unirse al culto.

«Vestir la cruz» era la actividad con que se abría la celebración el 1 de mayo. Consistía en colocarle unos lienzos que llevaban en su centro un crucifijo y los elementos de la Pasión. El objetivo era expresar el sacrificio de Cristo para salvar a la humanidad.

Todas las tardes, los fieles se congregaban alrededor de la imagen para rendirle culto.

Cada casa contaba además con su propio crucifijo, donde llegaban a lo largo del mes los vecinos a rezarle rosario y cantarle las letanías.

Para concluir la celebración, la cruz del pueblo era llevada en procesión por la localidad. En el trayecto se cantaba y pasaba por las casas de los vecinos solicitando limosnas. Luego, era puesta en un altar preparado en algún inmueble del pueblo.

Se agradecía con rosarios y novenas la recolección de limosnas, se repartían los alimentos e iniciaban los cantos y bailes.

Finalmente, la imagen era desvestida y guardada en la casa de un nuevo custodio.

Con el paso del tiempo dejó de ser una festividad al alero de la Iglesia y se constituyó en una práctica religiosa de la comunidad.



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