La institución cerró sus puertas al público para poder salvaguardar sus colecciones y reparar lo dañado por el agua y readecuar sus espacios.
¿Qué pasó con el Museo Arte y Artesanía de Linares tras la inundación?
Fuente: Museo de Arte y Artesanía de Linares
Tras las devastadoras lluvias invernales que afectó a gran parte de la zona central del país, dejando daños en poblados, campos de cultivo y alterando el curso de los ríos, muchas condiciones de la vida cotidiana tuvieron que cambiar. No fue distinto para el Museo de Arte y Artesanía de Linares (MAAL), que sufrió graves daños, siendo afectado por la inundación de su piso inferior, provocado por aguas de napas subterráneas que integran parte del terreno donde fue levantada la moderna construcción que permitió la ampliación y modernización del espacio hace 13 años atrás.
Entre lo afectado, se encuentran todas las dependencias del piso -1, como bodegas de materiales de aseo, archivos, taller de museografía, paneles eléctricos, sala de guardias, salón de exposiciones temporales, anfiteatro y depósito de colecciones. Este último contenía cerca de 3.000 piezas que se almacenaban en muebles, cajas, repisas y grillas, y que debido a la acumulación repentina de unos 45 cm de agua, a partir de la noche del 22 de agosto, cientos de piezas patrimoniales que estaban más cerca del suelo.
Tras varias jornadas de trabajo incesante, estando 24 horas extrayendo el agua que afloraba por diversos puntos del subterráneo, mediante un trabajo en conjunto y coordinado entre funcionarios del MAAL, del Museo Histórico de Yerbas Buenas y voluntarios (principalmente familiares de los funcionarios), apoyados por maquinaria de Bomberos, de la Delegación Presidencial Provincial y préstamos de privados, se logró bajar el nivel de líquido, para así poder ingresar a las dependencias afectadas, sin correr más riegos de los existentes tanto para el personal como para las obras resguardadas. El trabajo de extracción del agua duró hasta mediados de septiembre, pues seguía brotando en diversos puntos.
El catastro de las piezas afectadas directamente por el agua acumulada fue casi 350 objetos, correspondiente obras en papel y cartón totalmente mojadas (óleos, grabados, acuarelas, fotos, documentos impresos y libros), piezas de alfarería con y sin policromía, pinturas enmarcadas, esculturas en yeso y metal, figuras de madera, ruedas de carretas, piezas de herrería, entre otras cosas.
Adicionalmente, se logró rescatar de la humedad varios libros que eran parte del acervo de la biblioteca, el piano de cola, gran parte del mobiliario del depósito y de bodegas, la mayoría de los artefactos electrónicos y otros materiales diversos. En cuanto a la infraestructura, se vio muy afectado parte del tablero eléctrico, puertas, pisos de madera y de ladrillo.
La prioridad, tras la emergencia, fue rescatar las 3.000 piezas patrimoniales, trasladando las obras mojadas a espacios amplios donde se pudiesen secar de forma controlada, evitando la aparición de hongos; y las piezas infectadas se llevaron a un espacio para dejarlas en cuarentena y poder tratarlas sin riesgo de contaminar otras. Los objetos no dañadas por el agua, fueron dispuestas según su tipología y tamaño, en diversos lugares como oficinas, salas de exhibición, corredores, etc., procurando su seguridad y revisión permanente, pues, aunque no se mojaron directamente, la humedad ambiental que hubo en el edificio durante varios meses también pudo afectar su conservación.
Este acontecimiento conllevó la visita de autoridades del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo; la Directora Nacional del Servicio del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo; la Directora Regional(s) Sylvia Donaire y posteriormente la recién asumida Directora Regional Ana Paz Cárdenas; la Seremi de las Culturas de la Región del Maule, Ángela Campos; la Delegada Presidencial Provincial Aly Valderrama; las profesionales Ángela Benavete y Mónica Pérez del Centro Nacional de Conservación y Restauración, entre otros seremis, profesionales del Consejo de Monumetos Nacionales y diversos públicos.
Internamente, los siete funcionarios del MAAL, en complemento sus labores tradicionales, han trabajado hasta la fecha de forma incesante, con el fin de salvaguardar las piezas patrimoniales, mediante su rescate, tratamiento de conservación directa, registro y almacenaje. Para esto también se tuvo la colaboración a tiempo parcial de alumnas en práctica del Liceo comercial (Angelina Serrano y Sofía Reveco), de la Universidad Autónoma de Talca (Daniela Sepúlveda y Natalia Castro) y dos voluntarios (un ex alumno en práctica, Gonzalo Vielma y una profesional con formación en conservación de papel, Soledad Bertucci).
Durante el último tiempo, los trabajos se han enfocado mejorar el sistema eléctrico, recambio de las bombas de agua, contratar servicio de traslado de piano y muebles, compra de mobiliario para depósito y reparación de múltiples bienes para darles una segunda oportunidad. Una de las labores más lentas y delicadas ha sido la reubicación del depósito de colecciones, debiendo trasladar todo el mobiliario y colecciones a un espacio no inundable, con las condiciones apropiadas para que estén a resguardo cuidando la seguridad, orden y estado de conservación.
Sin embargo, hay algunas reparaciones que tomarán más tiempo en ejecutarse, porque implican un gasto más elevado, como son las filtraciones de las napas subterráneas, la normalización completa de sistema eléctrico y la reparación de pisos.
Una vez que los espacios de circulación, las salas de exhibición permanentes, la sala didáctica y todo lo relacionados con los espacios de servicio destinados a la comunidad se encuentren en una situación normalizada, el Museo de Arte y Artesanía de Linares, reabrirá sus puertas al público, con el fin de volver ofrecer sus servicios a quienes quieran disfrutar de este espacio patrimonial único.
Galería
Filtraciones de agua en el piso de labrillos
Apoyo de bomberos y presencia minicipal.
Inundación del Salón Pedro Olmos con muestra de esculturas que se estaban exhibiendo.
Funcionario recorriendo zona inundada.
Anfiteatro inundado.
Apoyo de voluntarios (familiares) para extracción de agua mediante motobombas.
Piano dispuesto sobre tarimas para evitar daño por el agua.
Motobombas facilitados por familiares.
Secado de obras con papel absorvente.
Reunión con autoridades en dependencias de la Delegación Provincial.
LIbros envueltos en film plástico para ser congelados, como medida de rescate.
Humedad al interior del museo.
Alfarería policromada dañada por el agua.
Voluntarios trabajando en secado de libros.
Zona de cuarentena.
Obra de papel en proceso de secado en tendederos.
Evacuación de colecciones del depósito a oscuras.
Depósito de colecciones vacio.
Colecciones rescatadas.
Ángela Benavente y Mónica Perez, Funcionarias del CNCR.
Proceso de desinfección de obras.
Reubicación de mobiliario y colecciones.
Remoción de elementos superficiales.
Obras afectadas por el agua.
Cerámicas afectadas pr el agua y en proceso de secado.
Revisión de piezas almacenadas.
Limpieza de pieza con hongos.
Espuelas afectadas por el agua.
Limpieza mecánica de papeles y documentos.
Cerámica fragmentada.
Colecciones rescatadas y guardadas provisoriamente.
Readecuación de nuevo espacio para depósito.